FILOSOFÍA
Significado y Espíritu del Tae Kwon Do
Tae Kwon Do, que significa "camino del pie y el puño" en coreano, se originó en 1955 a partir del antiguo sistema de entrenamiento de las artes marciales llamado Tae-kyon o Subak, que se centraba en el combate sin armas. Las artes marciales contemporáneas buscan integrar mente, cuerpo y espíritu. La enseñanza se enfoca en golpear los puntos vitales del cuerpo, llamados Keutso.
El Taekwondo no se limita a ser un arte marcial que busca ganar a toda costa. Su objetivo principal es desarrollar y perfeccionar todas las facultades del ser humano: espirituales, físicas y psíquicas, a través de una disciplina rigurosa.
Los antiguos lo definían como el arte de la paz, enfocándolo exclusivamente en la autodefensa, resumido en la frase: "No provocar, pero defenderse". Esto implica la necesidad de un estado mental adecuado y una técnica precisa.
El Taekwondo se basa en la utilización efectiva de todas las partes del cuerpo humano como armas de defensa y ataque, destacando las manos y los pies. Además de su eficacia en la autodefensa, el Taekwondo es una gimnasia que permite el desarrollo armonioso del cuerpo, fusionando así autodefensa y deporte.
A menudo se malinterpreta el Taekwondo como un ejercicio puramente físico. Aunque es impresionante ver la ruptura de objetos sólidos, como madera o ladrillos a mano desnuda, esta no es la esencia del Taekwondo. En su forma primitiva, era un arte brutal destinado al combate en el campo de batalla. Sin embargo, contra un oponente vivo y en movimiento, la fuerza por sí sola es insuficiente; se requiere una técnica adecuada.
El Taekwondo se desarrolló como un arte marcial desarmado, centrándose en las manos y los pies, que requieren un riguroso entrenamiento. Su práctica y el dominio de las técnicas de ataque y defensa son inseparables, como un coche y sus ruedas.
Pero más allá de las habilidades físicas, el Taekwondo requiere un estado mental específico, un espíritu. Practicar Taekwondo sin ese componente es como intentar usar un coche sin motor. Este arte marcial, arraigado en Corea durante milenios, busca la elevación del alma.
Quienes practican Taekwondo deben tener un control constante sobre sí mismos. Al estudiarlo, se abren inmensas oportunidades para aumentar el potencial espiritual y físico.
El Taekwondo representa la plenitud del ser humano y se guía por el principio de "No atacar primero". Esto implica respeto hacia los demás, igualdad y generosidad. Las posiciones iniciales también reflejan esta filosofía. La primera, conocida como "posición de oración", busca purificar el espíritu para estar plenamente presente. Luego, se aprenden las habilidades de defensa, lo que resalta la naturaleza pacífica del Taekwondo, también llamado "gentlemanship".
El Taekwondo busca la unión entre cuerpo y espíritu. El cuerpo se endurece y se vuelve ágil gracias a un intenso entrenamiento y disciplina. La habilidad técnica es fruto del esfuerzo continuo. Sin embargo, todo esto debe ir acompañado de un estado mental adecuado.
Al intentar alcanzar esta síntesis, se conecta verdaderamente con el Taekwondo.